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La estadounidense Helene Sula recuerda vividamente el momento en que descubrió que el agua del grifo era un juego diferente 🍏 en Europa.
Sula, de Texas, estaba en un restaurante en Alemania. Cuando el camarero le preguntó por su pedido de bebida, 🍏 Sula solicitó agua.
"Se burlaron un poco de mí como, 'Puedes conseguir agua. Pero ¿por qué?'" recuerda Sula.
Recuerda mirar a su 🍏 alrededor y darse cuenta de que todos los demás en el restaurante disfrutaban de vasos de vino y pintas de 🍏 cerveza: ningún agua a la vista.
Sula repitió su orden de agua y el camarero se negó. Pero, cuando llegó el 🍏 agua, no era el gran vaso de agua del grifo, burbujeante con hielo, que Sula esperaba.
En su lugar, le sirvieron 🍏 una botella de un litro de agua con gas, acompañada de un pequeño vaso de bebida y una etiqueta de 🍏 precio de 2 euros.
Sula no podía creerlo.
"En los EE. UU., te sientas en la mesa y te dan un gran 🍏 vaso de agua con hielo y ni siquiera es una pregunta: simplemente se coloca en la mesa. No importa si 🍏 estás en un restaurante elegante o informal, vas a conseguir un gran vaso gratis de agua", dice Sula aTravel.
Unos años 🍏 más tarde, cuando Sula y su esposo se trasladaron a Alemania, la pareja observó otra diferencia cultural relacionada con el 🍏 agua.
Siempre que salían a caminar, hacer senderismo o andar en bicicleta por la ciudad, Sula y su esposo llevaban botellas 🍏 de agua grandes, a veces incluso CamelBaks, un tipo de mochila de agua ("Así podemos beber agua en cada posible 🍏 momento", explica Sula).
Mientras tanto, sus amigos europeos a menudo salían sin agua en absoluto, aguantando hasta que acampaban en una 🍏 barra esa noche y, incluso entonces, generalmente optaban por vino en lugar de agua. Sula no podía creerlo.
"Solo pensé, tal 🍏 vez los europeos simplemente no se deshidratan tanto como nosotros", dice Sula, aún audiblemente desconcertada después de varios años viviendo 🍏 en Europa.
Entendiendo los hábitos acuáticos europeos
Si está pensando: "Espere, esto es solo una opinión 🍏 y es una generalización bastante amplia", tendría razón. Después de todo, hay muchos países diferentes en Europa, cada uno con 🍏 su propia cultura, hábitos dietéticos, tradiciones y hábitos de bebida de agua.
Y, por supuesto, los EE. UU. no son un 🍏 monolito cultural tampoco. Sí, algunos estadounidenses se enorgullecen de sus enormes tazas Stanley y emprenden desafíos diarios relacionados con el 🍏 agua, pero otros siempre optarían por refresco si se les diera la