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Honor Levy: Una joven escritora de Nueva York y sus reflexiones sobre el mundo moderno
Honor Levy, una joven escritora 😗 de Nueva York, se lamenta en su primera colección de cuentos cortos, "Mi primer libro", de que las reglas de 😗 su mundo no se siguen. Este lamento se convierte en un motivo que recorre las distintas escenas del libro, que 😗 abordan las preocupaciones y obsesiones de una persona muy conectada a internet (Levy tiene 26 años): el amor en línea, 😗 la cultura de la cancelación, el apocalipsis, la distopía tecnológica, los méritos de la política de identidad, el odio a 😗 la política de identidad, la vida real cada vez más indistinta e inaccesible. Con cada entrega, los sustitutos de Levy 😗 se enfrentan a esta frustración abrumadora: Levy está segura de que hay reglas para la vida, pero nadie sigue las 😗 suyas, y no puede averiguar las de los demás. ¿Cómo se supone que debe jugar?
El negocio de Levy 😗 es buscar la verdad en una modernidad frenética, donde las sensaciones una vez corporales y sufridas, como el amor y 😗 el anhelo, se filtran en sedimentos digitales e inscrutables. El primer texto del libro, Historia de amor, es una mirada 😗 a un romance en línea entre una joven mujer salvaje (Levy la describe adoptando varios estados animales, entre ellos "modo 😗 de ratón" y "zorro podrido") y un joven dividido entre los ánimos atormentados de la masculinidad de internet ("modo kamikaze", 😗 "chill sigma", "alienación xenoestrogenica"). Para Levy, la narración es un mapa interestelar, que serpentea a través del espacio y el 😗 tiempo, combinando como hitos su conocimiento enciclopédico de dos décadas de memes con referencias impredecibles a la antigüedad. "Ella sería 😗 su novia de chica-gato, su tradwife", escribe más tarde. "Él era Píramo. Ella era Tisbe". Pero no hay grieta en 😗 el muro aquí, y realmente no hay muros - estos amantes están contenidos digitalmente. Se sientan solos frente a sus 😗 computadoras, descomponiéndose y llamándose a través del agujero de gusano de internet.
A veces, sin embargo, las cosas son 😗 demasiado al revés para analogías ovidianas. En Hazlo, cobarde, Levy encuentra salvación - quizás incluso a Dios - en un 😗 salón recreativo de Chinatown. El "relato" es un momento: Levy, o su narrador, se para en medio de este "lugar 😗 santo y histórico", que una vez fue un salón recreativo en los años cuarenta, ahora, como todo lo demás en 😗 el mundo de Levy, repleto de luces intermitentes y pantallas. Se sobrecoge por nuestra realidad asociativa maníaca, su peso psíquico: 😗 "Todo siempre sucede de nuevo y de nuevo y luego deja de suceder también", dice. Y ¿qué podemos hacer? ¿Cómo 😗 podemos ralentizar la noria suficiente como para desdibujar nuestro entorno? ¿Podremos alguna vez bajarnos del viaje?
Levy escribe en 😗 su propio lenguaje referencial, un estilo a velocidad de la luz que debe ser posposmoderno. El léxico de los memes 😗 es importante para Levy (aunque quizás menos